
PRINCIPALES FACTORES
Dentro del complejo panorama del abandono animal, ciertas razas y perfiles de perros emergen como particularmente vulnerables a la hora de encontrar un hogar donde poder vivir con dignidad. En este terreno, factores como la raza, su categorización, el estado de salud, la edad y el comportamiento son determinantes. En este apartado analizo los principales factores que contribuyen a la vulnerabilidad de estos grupos caninos, así como los motivos subyacentes que nos llevan a abandonar a nuestros compañeros de cuatro patas, según la perspectiva de expertos en el tema.
El galgo, una de las razas más vulnerables
Ciertas razas de perros, como los galgos, son especialmente vulnerables al maltrato y al abandono. Estos nobles animales a menudo sufren la explotación del ser humano, debido a prácticas la caza y las carreras, que los deja en situaciones de extrema vulnerabilidad. Por ello es fundamental generar una conciencia social en contra del maltrato al que se enfrentan y promover la adopción y el bienestar de estos perros.

Eva Ceballos, directora de la protectora Galgos de CaSa (Cantabria), afirma que la idea de crear una entidad de rescate y recuperación de galgos surgió como respuesta a la urgente necesidad de enfrentar el abandono y maltrato continuado de esta raza. Según Ceballos, esta raza es la más despreciada y maltratada, siendo objeto de un castigo desmedido.
La directora asegura que cuando llega un galgo a la protectora, lo primero que se hace es atender su estado físico. Esto incluye curar sus heridas, llevarlo al veterinario, desparasitarlo tanto externamente como internamente... También se evalúa la conducta del animal. El día a día consiste principalmente en socializarlo para que confíe en el ser humano, ya que la mayoría llegan muy traumatizados y no permiten que te acerques. Su trabajo diario se centra en conseguir que el perro pueda confiar y comenzar su educación, logrando así que se adapte e inserte en la sociedad, y forme parte de una familia.
En la protectora se dedican a recoger a estos perros para evitarles un destino trágico. "Lamentablemente, no hemos podido rescatar a todos", comenta Eva. Su objetivo es recuperar, rehabilitar y ofrecer un futuro digno a los animales que aún pueden ser salvados, aunque reconoce que la rehabilitación es un proceso complejo debido al estado en que muchos llegan. Cada año, ingresan en la residencia entre 100 y 120 galgos, lo que subraya la magnitud del problema y la necesidad de mantener sus esfuerzos constantes a lo largo de sus 13 años de experiencia.
Desgraciadamente, muchos de estos galgos están condenados a un destino fatal desde su nacimiento. Cuando ya no cumplen con las expectativas en las actividades para las que son utilizados, son desechados de manera brutal.
Aunque hoy en día hay más conciencia sobre el problema, Ceballos recuerda que en el pasado la situación era especialmente dramática, con métodos variopintos y crueles para deshacerse de los galgos. Desde el ahorcamiento en campos de olivos hasta el arrojamiento a pozos, la creatividad en la crueldad no tenía límites.
Patricia Martínez, quien adoptó a Tatu de la protectora Galgos de CaSa, vive con su marido y sus tres hijos. Ella explica que la decisión de adoptar surgió "porque queríamos un perro grande y conocimos la situación difícil que atraviesan muchos galgos". Además, Martínez destaca que otro factor determinante fue el carácter de esta raza, conocida por ser dócil, afectuosa y leal. Según ella, los galgos no solo se adaptan bien a la vida familiar, sino que también desarrollan un vínculo muy especial con sus adoptantes, lo que ha hecho que su experiencia de adopción sea aún más sencilla.
Los menos demandados
Eva Ceballos explica que en su protectora los perros pasan un promedio de cuatro meses. Sin embargo, algunos rompen esta media, tanto por arriba como por abajo. Hay perros que llegan y son adoptados rápidamente, ya sea porque son muy bonitos, porque resultan interesantes, o por el contrario, porque llegan en muy mal estado y conmueven a la gente.
Algunos perros son adoptados el primer día que llegan, mientras que otros, como un caso que menciona, pueden estar hasta un año y medio con ellos. En una ocasión, un perro fue devuelto por tener ansiedad por separación y terminó en acogida permanente, con la asociación encargándose de su manutención.
Intentan mantener esa media de cuatro meses porque creen que después de ese tiempo, el perro ya no va a evolucionar más en la protectora, y necesita una familia para continuar su proceso de evolución.

Alejandra
Mier; secretaria de la Fundación Protectora de Animales del Principado de
Asturias (La Protectora); destaca que, aunque la fundación siempre busca adoptantes, a veces es difícil encontrar familias dispuestas a acoger perros "más complicados". A pesar de esto, también tienen personas en lista de espera para adoptar perros más sencillos y fácilmente adoptables. Sin duda las protectoras se enfrentan a un desafío constante para encontrar hogares para todos los perros que rescatan, especialmente aquellos con necesidades especiales que requieren cuidados adicionales.
La edad del perro juega un papel importante en su facilidad para ser adoptado, pero también el tamaño y del perfil de este. Mier menciona que para ciertos perros de tamaño pequeño y mayor edad, como yorkshire o caniches de 10 años, no suele ser un problema encontrarles un hogar, ya que hay personas mayores que desean compañía y un perro tranquilo que se adapte a su ritmo de vida.
Por otro lado, la adopción puede ser más difícil para perros más grandes y jóvenes, como un mastín de un año de edad, debido a factores como el tamaño y las necesidades de espacio y ejercicio que requieren. "Cuanto más jovencitos son, más fácil es encontrarles casa. Pero digamos que es más fácil encontrarle casa a un perro de 5 kilos y 12 años, que igual a un perro de 60 kilos o a un dogo argentino de un año", afirma la secretaria.
Mier explica que en la protectora hay dos tipos de perros: aquellos que
son adoptados rápidamente porque coinciden con los perfiles buscados por las
familias adoptivas, y aquellos que tienen dificultades para ser adoptados
debido a problemas de comportamiento, salud u otras razones.
Los
perros del primer grupo suelen ser de tamaño pequeño, sin problemas graves de
conducta o salud, y pesan menos de 15 kilos. Estos perros suelen ser adoptados
poco después del plazo legal de ocho días hábiles tras los cuales estos se
declaran como abandonados. Después de pasar este tiempo en el centro y ser
esterilizados, son adoptados rápidamente.
El
segundo grupo incluye perros potencialmente peligrosos (PPP), aquellos con
problemas de comportamiento o agresividad, así como perros con problemas de
salud que requieren cuidados especiales, como la diabetes. Estos perros tienen
una estancia prolongada en las protectoras, algunos incluso pueden pasar años
sin ser adoptados y sin encontrar un hogar permanente antes de fallecer.

Perros potencialmente peligrosos

Nacho Sierra; adiestrador canino y director de la Escuela de Formación Profesional Canina (Madrid); enfatiza que la raza de un perro no está directamente relacionada con su comportamiento. Contrariamente a la creencia común de que los perros de ciertas razas tienen características de comportamiento específicas, Sierra destaca que la raza representa solo el fenotipo, es decir, el aspecto externo del perro. Aunque los perros de la misma raza comparten similitudes morfológicas según el estándar de la raza, el genotipo, es decir, la composición genética única de cada individuo, puede variar considerablemente.
Sierra explica que ciertos rasgos de carácter se heredan de padres a hijos, lo que implica una influencia genética en el temperamento de un perro. Sin embargo, también subraya que el ambiente en el que crece el perro y la educación que recibe desempeñan un papel crucial en su desarrollo. Así, la raza solo determina aspectos físicos como la forma, el color y el tamaño, mientras que el temperamento y el carácter de un perro son el resultado de una combinación de factores genéticos, ambientales y educativos, especialmente durante los primeros años de vida.
Por tanto, cuando se examina el comportamiento de los perros, es fundamental reconocer la influencia tanto de su genética como del entorno en el que se desenvuelven. Según las palabras de Begoña López; veterinaria y educadora canina (Comunicanis); aproximadamente un 30 por ciento de su conducta puede atribuirse a factores genéticos, mientras que un significativo 70 por ciento está vinculado al entorno que les rodea. Este entorno abarca desde la cobertura de sus necesidades básicas hasta las rutinas diarias, la alimentación y el tipo de lugar en el que se encuentran.
Begoña ejemplifica esta conexión entre raza y comportamiento con los mastines, cuya predisposición territorial se originó en su creación para resguardar ganado o propiedades. De acuerdo con las palabras de la educadora, colocar a un mastín en un entorno que altere sus instintos naturales, como una finca, desencadenará su instinto protector. Sin embargo, al trasladar a este mismo mastín a un entorno más convencional, su comportamiento se ajustará a una vida cotidiana sin la necesidad inherente de resguardar y defender.
Raquel Bollo, adoptante de una ppp, afirma que "Decidimos adoptar un perro de raza potencialmente peligrosa porque creemos en darles una segunda oportunidad y sabemos que, con la socialización adecuada, pueden ser tan cariñosos y leales como cualquier otro perro. Me gustaría demostrar que el amor y el entrenamiento pueden transformar la vida de estos animales".
Pero, ¿por qué se abandona?
Nacho Sierra asegura que el dinero no tiene un impacto significativo en la decisión de abandonar a un perro, siempre y cuando no existan problemas económicos relacionados con enfermedades graves. En sus palabras, sostiene que la falta de recursos económicos rara vez lleva a la decisión de abandonar a un perro debido a la necesidad de proporcionarle cuidados. Sin embargo, reconoce que situaciones en las que una enfermedad grave demanda considerables gastos veterinarios podrían constituir un desafío económico que ocasionalmente afecte la decisión de mantener al perro.
"El perro pagado se abandona menos que el perro regalado", asegura Nacho. El ser humano es materialista, si pagamos grandes cantidades de dinero por un perro de raza, la posibilidad de que abandonemos a ese perro es mínima, existen algunos casos, pero es mínima. En cambio, el perro por el que no se ha pagado por él, es más susceptible de ser abandonado. Este dato se puede comprobar en los mismos albergues, en los que se encuentra una cantidad muy pequeña de perros de raza, raza depurada, perros criados por buenos criadores... La mayoría de perros que hay en los albergues y asociaciones son perros mestizos, regalados o de caza, los cuales han sido abandonados sobre todo en el medio rural. "Estos son datos que no se dicen, pero existen. Yo trabajo directamente con una protectora, que es Doghorsecity, con la que formamos a nuestros alumnos ahí y todos los años conseguimos que se adopten muchos perros", afirma Nacho.
Iván González; educador canino y tesorero en Comvive; explica que existen múltiples factores por los cuales la gente abandona. Las separaciones pueden llevar al abandono de los perros, aunque actualmente se están logrando más acuerdos, como la custodia compartida de las mascotas. Sin embargo, relata un caso impactante ocurrido en Llanera, donde una pareja se separó y la mujer, en un acto de violencia, arrojó a la perra de su expareja desde un puente. La perra quedó gravemente herida, y el hombre, al enterarse de lo ocurrido, terminó agrediendo físicamente a su exmujer. Debido a los problemas legales entre la pareja por este incidente, la perra necesitaba un nuevo hogar, por lo que fue adoptada por el propio Iván.
González asegura que en otras ocasiones los perros son regalos para los niños, pero los padres no comprenden la responsabilidad que implica cuidarlos y los abandonan. También menciona a los cazadores que descartan a los perros cuando ya no les son útiles. Señala que, en su experiencia, no ha visto casos de personas que viven solas y abandonan a sus perros, pero sí ocurre más frecuentemente en familias con múltiples miembros donde pueden surgir conflictos sobre el cuidado del animal. En última instancia, destaca: "De repente tienes un niño y piensas que el perro podría morderlo... Muchas cosas pueden suceder, pero es como si dejáramos de caminar por la calle por miedo a que nos caiga una teja. Sí, puede suceder, pero es algo muy raro entre millones de personas."
Alejandra Mier opina que la principal razón del abandono de mascotas es la tenencia irresponsable. Muchas personas adquieren animales sin considerar adecuadamente las implicaciones y responsabilidades asociadas. Esto se debe a que no reflexionan sobre los gastos financieros y los cambios en el estilo de vida que conlleva tener una mascota. La falta de planificación y previsión puede llevar a situaciones donde las personas se ven obligadas a abandonar a sus mascotas. Por ejemplo, cuando se mudan a un lugar que no permite animales o cuando no pueden lidiar con las necesidades especiales o los gastos inesperados de sus mascotas. Mier enfatiza que adoptar un animal es un compromiso a largo plazo que puede durar hasta 15 o incluso 20 años, dependiendo de la esperanza de vida de la mascota.
Es fundamental adoptar con la cabeza fría y considerar cuidadosamente si se está preparado para asumir la responsabilidad durante todo ese tiempo. Según Mier, el abandono de mascotas ocurre principalmente debido a la falta de conciencia y planificación por parte de las personas al momento de adquirir una mascota, lo que lleva a una incapacidad para cumplir con las necesidades y responsabilidades asociadas con la tenencia de mascotas a largo plazo.
Si hablamos de galgos, Eva Ceballos comenta que estos son abandonados porque los galgueros les consideran "herramientas desechables". "Cuando una herramienta se queda obsoleta o vieja, se reemplaza por otra nueva", ejemplifica. "Quienes abandonan un galgo no lo hacen porque dejan de tener perros, sino porque buscan tener otros", afirma la directora.
Del mismo modo que existen seres humanos miserables en cualquier ámbito de la vida, también los hay en el trato con los animales. Eva señala que la falta de respeto se extiende a todas las áreas, ya que considera que aquellos capaces de matar también pueden mostrar una total indiferencia al lanzar un perro desde un balcón o abandonarlo en una carretera y marcharse. "La miseria humana es el factor clave para el abandono y el maltrato", sostiene.